Fijando un objetivo claro

¿Quién eres como persona? ¿Quién eres como político?

Todo comunica

En política, también

La politica deja huella

¿Que legado quieres dejar cuando te marches?

Y acaba la política

Una nueva oportunidad, ¿la quieres?

Cómo vivo la Política...


Se que es arriesgado en los tiempos que corren hacer una metáfora asociada al mundo del Toro sin embargo como Coach Político vivo la política siempre desde la barrera... desde el callejón.

No salgo al ruedo y toco el albero, ni tampoco subo a la grada para sacar el pañuelo blanco ante una excelente faena.

Me gusta quedarme en barrera… al lado y cerca del Torero…

Desde ahí se percibe la presencia del miedo, el aroma de la falta de autoestima, los aplausos de la oposición, las banderillas del ego y la bravura del “torero” acompañado siempre por la música del ciudadano, el quite de la prensa y la mirada fija del partido.

Da igual en que plaza se toree, al final siempre hay buenos toros y mejores toreros, unos salen por la puerta grande, otros no cortan ni oreja ni rabo, los hay que hacen excelentes faenas y los que salen por enfermería, aquellos que mueren matando y otros donde la cornada les deja fuera de campaña...

Desde el callejón se ven y se saben cosas que desde la grada no se llegan a percibir y mientras se va realizando la faena, el público ve según el lugar que ocupa en la plaza, observa un resultado distinto según el punto de mira donde se encuentre…

¿Que hace que ante un mismo caso, con las mismas evidencias unos juzguen de una forma y otros de otra?

Para algunos ser político es sinónimo de aprovechado, interesado, hipócrita, que promete más de lo que puede cumplir, mentiroso, propicio a la corrupción y un maestro del engaño.

Existe un gran abanico de opciones como en todas las áreas profesionales según tipologías de personas, donde también tienen cabida aquellos políticos que sienten hondo, piensan alto y hablan claro, personas con profundas convicciones y arraigado sentido ético dónde se diferencian claramente de los políticos vulgares que solo buscan el éxito inmediato, que defienden intereses poco claros e incluso egoístas o inmorales y que por lo mismo merecen poca o ninguna confianza y respeto.

Y la realidad y más en los tiempos que andamos hay de todo en la vida política.

Cada uno de los clientes con los que trabajo en su foro interno y viviendo la política, que no de la política, desea triunfar, llevar a cabo sus propias ideas y propuestas buscando ser los mejores y ello pasa por la aceptación de cambiar y la posibilidad de fracasar y es entonces cuando buscan a su apoderado, aquel que mira por el, aquel que tiene en mente sus intereses, aquel que trabaja para que toree en la mejor plaza, con los mejores recursos.

Como Coach Político me he encontrado en la situación de decidir no trabajar con algunos de ellos no me sirven todos ni soy válida para todos.

Existe una ética personal que va asociada a un resultado final en beneficio de la mayoría y cuando desde la barrera observas que la faena va encaminada a las ventajas de ellos mismos, sus amigos, su familia o grupos de interés, el objetivo inicial que es hacer crecer a la persona se desvirtúa en detrimento de los intereses menos personales y más favorables al sinónimo generalizado y compartido anteriormente. No es difícil ver gazapear al torero.

Cuando trabajo busco la casta, el linaje que da la procedencia brava, me ciño y paso muy cerca de creencias y limitaciones, y cito al torero para que embista con bravura y nobleza. A veces me convierto en peón para sacar de la querencia habitual al torero y salga de su zona de confort, es entonces cuando surge su casta.

Y cuando esto sucede, ocurre algo mágico surgen los Olé, la plaza se vuelve blanca, la puerta se abre y por ella sale el maestro aquel que ha puesto su vida delante del Toro...y

El toro es la POLÍTICA

Como vivo la Política, como una hermosa faena.

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