Si tuviera que elegir una frase que definiera mi forma de pensar sería Nunca es tarde…
Es
algo aprendido desde muy pequeña de una manera inconsciente, y que cuando vas
creciendo sobre todo a nivel interior, se vuelve en un aprendizaje consciente. Y
ser consciente de que la única persona que puede darle la vuelta al significado
de lo que uno vive, es uno mismo, es un aprendizaje que no todo el mundo llega
en su plenitud de la vida.
La
vida aporta grandes lecciones que algunas pasan como el temario de historia de
5º de EGB, es decir, sin darnos cuenta. Sin embargo el aprendizaje y la
experiencia nos ponen delante de la lección cuando menos nos lo esperamos y es entonces cuando surgen todos los recursos necesarios para dar respuesta a las miles
de preguntas que nos vamos dando en nuestro día a día.
Aprender
con ocho años que te pueden dejar queriéndote, que la mejor compañía que tienes
eres tú misma (confianza) y que sola no puedes hacer el trayecto de vivir, es
una lección dura y a la vez gratificante. En ocasiones no podemos elegir lo que
nos depara la vida, sin embargo si podemos escoger como afrontamos cada reto
que nos pone por delante, y esa ha sido mi máxima.
Reconozco
que he derramado muchas lágrimas en este trayecto y que las lecciones a veces
hasta fueron crueles, injustas o inmerecidas, sin embargo también reconozco que
me equivoque muchísimas veces en muchos ámbitos de mi vida, y que en ocasiones
no he sido capaz de ver el aprendizaje de alguna de ellas en el momento preciso,
y otras las descubrí con el tiempo…con los años.
Ya
lo dije al principio….nunca es tarde.
Admito
también que el perdón y el olvido son equipajes que llevo en este trayecto, sin
ellos no hubiera podido avanzar; que desarrollar la escucha “activa” me ha
ayudado a entender que pueden existir más opciones de las que yo contemplo y
que apreciar lo que uno tiene y agradecer lo que nos aporta la vida, sea en la
cantidad o en la forma que sea, es un lujo que a veces no valoramos.
Confieso
que los momentos que dejé de soñar, mi vida no tuvo sentido y esta lección me
ayudó a no dejar de celebrar y divertirme con las cosas que sí puedo hacer; que
hacerme preguntas y ejercitar mi mente ha sido un aliciente para no quedarme
estancada en alguna etapa de mi vida, fuera mala o buena, y que cada vez que me
enamoré regale mi alma y esto me llevo a un nuevo punto de partida, a quererme más
y mimarme más, con la misma intensidad que lo hacia los demás.
Revelo
a los que no me conocen que la sonrisa va unida a mi persona, que siempre me ha
abierto muchas más puertas de las que la vida me ha cerrado, y sigo reconociendo
que lo que me llevo de ésta, es a la gente me acompaña en este trayecto. Ahí
están todos, primero y ante todo mi familia, mis amigos, mis compañeros, mis amores…. Siempre digo
que #soyafortunada
Por
ello, nunca es tarde para hacer, para iniciar, para cambiar, para seguir, para
querer, para soñar, para…
Para
deciros GRACIAS, gracias por acompañarme en este último tramo, el más duro y a
la vez gratificante de mi vida, donde un tumor llamado cáncer tuvo más
protagonismo que yo misma y del que me llevo algo maravilloso, saber quién
soy, que tengo y hasta donde puedo llegar….
Ayer 13-03-13 (no me imagino a los supersticiosos en este día) me dijeron que estaba curada, ayer me dieron el “alta” (todos sabemos que las
revisiones formaran parte de mi agenda), ayer tuvimos Papam y cierro estas
palabras con las que Francisco I inicio su discurso: “Vengo de lejos, gracias
por recibirme”
Nunca es tarde para volver…. :)